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Marruecos

Restricciones relacionadas con el COVID-19 en Marruecos

(información actualizada el 2 de julio de 2022)

  • Los viajeros no vacunados deben presentar resultados negativos de una prueba PCR emitida 72 horas antes de su salida. Los completamente vacunados y los menores de 12 años están exentos.
  • Todos los viajeros deben completar un formulario de salud en destino.
  • Se hacen pruebas de antígenos aleatorias a la llegada. Independientemente del estado de vacunación, solo los que den positivo en estas pruebas deben ponerse en cuarentena.

¿Por qué Marruecos?

Rodeado por una hermosa costa por un lado y un desierto dorado por el otro, su diversidad y contrastes han convertido a Marruecos en uno de los países de África con más gancho para los turistas de todo el mundo.

En Marruecos se encuentran los picos más altos del norte de África y de las montañas del Atlas, como el Jebel Toubkal. Desiertos, playas, ciudades modernas con un corazón antiguo. Grandes urbes y pueblos de mala muerte. Oropel y sencillez. Lo tiene todo.

Cosas que hacer en Marruecos

  • Sumergirse en el milenario legado de las cuatro ciudades imperiales: Marrakech, Fez, Rabat y Meknès
  • Dormir en el desierto. Un clásico. Desde Marrakech, las excursiones más populares son a Zagora o Merzouga
  • Dejarse acuchillar en la medina de Fez al anochecer
  • Conocer una comisaría marroquí por dentro
  • Chocar los cinco con los monos que merodean cerca de las impresionantes Cascadas de Ouzoud
  • Conocer mejor la gastronomía haciendo una clase de cocina o un tour gastronómico
  • Perderse en los zocos en busca de gangas
  • Practicar el noble arte del regateo

Dónde alojarse

Riads, jaimas (si optas por dormir en el desierto), hostales, hoteles, Airbnb (del que habrás oído hablar. Quién no), incluso ecolodges (como este de Ouarzazate). Los hay limpios, baratos y bien situados, lujosos, mugrientos, con o sin piscina… Si quieres que te ayudemos con la elección, dependiendo del lugar, y de lo rarito que seas, sigue leyendo.

En Marrakech, los riads son nuestros preferidos. Algunos se encuentran en la Medina (zona de la ciudad amurallada), muy cerca de donde merece la pena estar, como la Plaza de Jeama el Fna, pero los hay por toda la ciudad antigua. WiFi gratis y un desayuno tradicional a base de pan, miel, mermeladas, aceitunas, zumos y tés. ¿Cómo resistirse? Suelen estar regentados por franceses y, según explica Wikipedia, el fenómeno de los europeos en la medina de Marrakech en un primer momento era algo esporádico, pero a mediados de los noventa estalló el boom, con la contribución determinante de un programa de la televisión francesa que explicaba cómo en Marrakech, con el dinero de un pisito en París, se podía comprar un riad, un verdadero palacete, y vivir a lo grande. Y así fue como, en pocos años, en la ciudad nació el pueblo del riad, una comunidad heterogénea que tenía en común las ganas de inventar un nuevo estilo de vida. Hoy, tener casa en Marrakech es un sueño cada vez más practicado y caro. Los precios han subido, aunque siguen siendo inferiores a los de las grandes ciudades europeas.

En Ouarzazate hay poca variedad a buen precio. Peeeeeero, a poco que uno se rasque el bolsillo, puede encontrar lujo y paz en las villas y kasbahs tradicionales reconvertidas en hoteles de boato.

La capital de Marruecos, Rabat, hechiza por su autenticidad, además de por sus alojamientos exquisitamente decorados. Una buena zona para quedarse es la medina, aledaña a la playa (pelín contaminada, pero desde la que se pueden ver bonitos atardeceres).

El encanto de Agadir es incontestable. Los hoteles con piscina para turistas acalorados se reparten por toda la costa. Cuanto más cerca, más caros

La variedad de sitios donde dormir en Chefchaouen, que en bereber significa “mira los cuernos”, es escasa. Un buen hostal puede ser una solución encantadora y práctica. La recomendación general es que, en invierno, hace mucho frío y pocos lugares tienen calefacción, por lo que conviene llevarse un saco de dormir.

A orillas del mar se eleva, como una diosa pagana, Casablanca, el corazón económico de Marruecos. La parte antigua y sus calles cercanas son ideales para moverse desde ahí.

La ciudad amurallada de Fez, Fes El Bali, Patrimonio Mundial de la Unesco, es famosa por los ricos ornamentos y belleza de sus riads. Parecen palacios pero, al caer la noche, hay que tener cuidado con los cortadores de cuellos que ratonean por sus calles. Las posibilidades se multiplican con la opción, menos romántica, de dormir en la Nouvelle Ville.

Fuente: Wikimedia Commons

Tips para ahorrar en el viaje

1
Comer en sitios locales Aunque los precios de la comida son, en comparación con Europa, bajos, los sitios donde acude la población local son una apuesta a caballo ganador . La comida, encima, estará rica.
2
Cambiar una cantidad mínima de dinero en el aeropuerto Lo justo para el taxi o el bus que te lleve al alojamiento y, luego, buscar un buen lugar de cambio de divisas, que se encuentran como champiñones en otoño
3
Caminar y usar taxis compartidos o transporte público Dependiendo de donde uno esté, puede contratar a buen precio los servicios de un conductor particular, pero es más barato viajar en autobús, tren, tranvía o taxis compartidos. Recorrer durante horas las medinas a pie puede ser una experiencia muy entretenida
4
Regatear hasta la exasperación Aparte de ser divertido, se puede comprar, o viajar, hasta un 50 % más barato
5
No comprar NADA los dos primeros días El destino del regateo está trágicamente unido a las comparaciones. Normalmente, cuando uno encuentra un chollo el primer día, suele volver a verlo, más barato y más nuevo, en un sitio diferente. No hemos hecho un estudio científico, así que a veces sigues esta regla y te quedas con las ganas de aquello que viste,que ya nunca volverás a encontrar en la laberíntica espiral del zoco o, en el mejor de los casos, tengas que volver con el rabo entre las piernas
6
Alojarse en riads (de los baratos) Son limpios, seguros, suelen tener una ubicación magnífica, WiFi gratis y unos desayunos que pueden aportar las calorías necesarias para un día entero

Viajar con niños a Marruecos

Marruecos tiene todo lo que gusta a los niños, por lo menos, a los míos: animales en libertad, alojamientos preciosos, comida deliciosa, actividades diferentes, colores, olores, música y curiosidades en cada esquina. Aquí, los niños son los reyes. Nadie te pedirá permiso para besarles la cabeza cuando vayas con ellos por la calle. Les regalarán chucherías, los dejarán amasar pizza en los restaurantes, tocarlo todo en el zoco y les aplaudirán al bailar en las plazas.

Tetas fuera

Seguimos la máxima de no destacar por enseñar cacho en países donde el islam es la religión del estado. Aunque en Marruecos hay algunas ciudades cosmopolitas y abiertas al turismo y a sus blancas carnes, algunas personas (o muchas, piedra en mano) pueden sentir que se les falta de respeto si ven a una mujer con falda corta, barriga  expuesta o escote palabra de honor. Curiosamente, un pecho al aire no escandaliza. Aunque es imprescindible que este tenga activada la función amamantamiento y lleve de complemento un niño succionando. El islam, pionero, recomienda la lactancia materna hasta los dos años.

Diversidad sexual

“La actividad sexual entre personas del mismo sexo es ilegal. Los homosexuales masculinos se ven marcados por la hshuma (‘vergüenza’) y el haram (‘pecado’), en una sociedad en la que la distinción entre gais activos y pasivos sigue siendo muy grande. La homosexualidad femenina, el sihaq, no se menciona en el Corán, pero se mantiene oculta de igual manera, y apenas ha sido tratada o estudiada.” (Wikipedia).

¿Qué guías utilizamos para organizar un viaje a Marruecos?

Normalmente, vemos documentales y vídeos en Youtube, leemos otros blogs, peinamos Tripadvisor y repasamos todas las guías que caen en nuestras manos. Además, buscamos literatura relacionada con Marruecos (apunta: Juan Goytisolo y Paul Bowles) y alguna película gafapasta. Por último, interrogamos con foco a conocidos o amigos que hayan viajado, vivido o nacido allí.

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  • Paul Bowles, El Recluso De Tánger: Vivencias tangerinas de Paul Bowles.
  • Inshalláh : Marruecos 1996-2006 Tapa blanda – 1 octubre 2007, de Alfredo Cáliz (con comentarios de Alejandro Castellote Piñuela y Juan Goytisolo).
  • Todas las guías de Lonely Planet que hay en la biblioteca municipal.
  • Zine li fik (Much Loved), película de 2015 dirigida por Nabil Ayouch que refleja la vida de un grupo de prostitutas en Marrakech.
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