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Menos mal que nadie me lee.

Es diciembre. La orilla de Mascate amanece antes de las siete iluminando el Golfo de Omán y el Mar de Arabia  con su belleza natural y arquitectónica que hace felices a nuestros todavía legañosos ojitos.  

Es diciembre y anochece pronto, pero desde el barco la bahía de Muttrah brilla como el sol. Clinclín, foto.

Más allá de la Historia, de sus atracciones, antiguas fortalezas, castillos, palmeras, torres y hombres y mujeres elegantes con sus niqabs, kummahs y dishdashas, la capital del sultanato es una ciudad grande y próspera, y tiene un encanto sin oropel que no han conseguido sepultar los litros de petróleo.

Nosotros desembarcamos en el puerto y recorrimos a pie, igual en este que en nuestro anterior visita al país, el camino hacia el bazar de Mutthrat, controlado con bangladeshíes, pakistaníes y algún indio. Lo hicimos en 15 minutos, con los dos niños, en un paseo agradable. Hacía calor pero acompañaba la brisa del corniche y la salivación que nos produce siempre un bazar cercano donde gastar más de lo razonable y disfrutar del espectáculo visual, en este, de cachivaches y paisanaje. Compramos una pashmina bordada a mano con la que esa noche me tapé un agujerillo de la camiseta, algunas gorras, un par de faldas, adornos navideños y ropa perroflauta para los niños que, entre las piedras preciosas, oro de muchísimos kilates, preciosos juguetes de papel maché y de madera y artesanía de cachemira, eligieron comprar una escopeta de plástico y un muñeco llorón exacto al que eligieron hace un año. Exactamente igual de feo y estridente.

Información práctica
Para comer, recomedamos el Kargeen Café en Madinat Qaboos (www.kargeencaffe.com), además de la cocina turca / mediterránea de Al Khuwair, relativamente barato y la comida india de Mumtaz Mahal, en la cima de la colina de Qurum, con vistas panorámicas de la costa y la ciudad.

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Hay que ver la Gran Mezquita (terminada en 2001) es una impresionante muestra de arte islámico y poderío. En su interior están la alfombra persa más grande del mundo y una araña de cristal Swarovski cegadora y extravagante. A las 11:30 am cierra para los visitantes no musulmanes. O madrugas o no hay mezquita.

Los meses de noviembre y diciembre hace calor en las horas centrales del día, pero no te vas a asfixiar.

Información por barrios:
Al Qurum, al norte de la ciudad, junto al Golfo, no es barato, pero sí uno de los barrios más conocidos de Mascate. Gusta a las familias viajeras por su variedad de restaurantes, tiendas, centros comerciales, sitios donde beber y parques, como el Parque Marah (el Parque de la Diversión) y el Parque Nacional Al Qurum.

Cerca, se encuentra Madinat Al Sultan Qaboos significa la ‘Ciudad del Sultán Qaboos’, el actual líder de Omán. Es una conocida zona con restaurantes internacionales, supermercados y numerosas cafeterías, además de algunas embajadas, como la británica. Está a solo un kilómetro  de la playa, al igual que Al Khuwair, otro enclave moderno lleno de tiendas, restaurantes, cafeterías, clínicas y centros médicos, pero pocos supermercados y ningún hospital.
Ruwi, uno de los barrios más antiguos (y congestionados) de Mascate, acoge a los inmigrantes sin mucho remilgo, especialmente bangladeshíes. Allí uno puede encontrarse un crisol de culturas, entre modernos edificios, además de viejas casas de barro, callejuelas estrechas por las que pasear, tiendecillas donde rascarse el bolsillo y, por supuesto, el mítico LuLu Hypermarket, una especie de CostCo omaní donde puedes comprar cualquier cosa. Alojamientos mucho más baratos que otras zonas.

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Aunque en la Antigüedad Mascate era un puerto oculto y casi inaccesible rodeado de montañas, hoy se puede llegar, sin visado, por tierra, aire y, como nosotros, por mar.

Conviene llevar ropa de lino, algodón y zapatos abiertos, sombreros, cremas, gafas y toda la parafernalia estival, burkinis incluidos.

Información para gafitas:

Desde el siglo VI antes de Cristo se han encontrado referencias a Mascate en inscripciones de algunas tumbas de pescadores encontradas en sus costas. El puerto enriqueció a los persas con el comercio hasta el siglo XVI, cuando los portugueses se hicieron con el territorio. Y tres siglos después volvieron, los persas, y blablablabla el sultán Qabús bin Said ahora gobierna, en régimen absoluto, desde el 23 de julio de 1970, golpe de estado, no sangriento pero con derrocamiento de su padre mediante, en una estrategia para mantener el poder dinástico y el orden, después de un siglo convulso con las tribus revueltas. Tres años después, abrió las puertas de la ciudad. La historia tiene más detalle y miga. Aquí.

Las fiestas nacionales son el mencionado 23 de julio, además del 18 de noviembre, todo sea para cantarle cumpleaños feliz al sultán.

ACTUALIZAMOS el 11 de enero de 2020: Ya no le cantarán más cumpleaños feliz. Justo un mes después de escribir esta entrada, el sultán murió. Viva el sultán.

https://www.elmundo.es/internacional/2020/01/11/5e19228021efa019718b468d.html

 

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